Antologías III

El martes 16, antes que el Sol saliera ya iba yo rumbo a Varsovia. Porque Varsovia? Nomás por Contreras. Un chingo de gente de esa muy metichota a la que ni opinión le pides apenas oía “Varsovia” y uy no vayas, está muy fea, no hay nada que ver, mejor ve a... como si no me conocieran (no me conocen), no sabiendo que suelo hacer lo que me da mi chi, y mas en estos pequeños detallitos.

Total, que ay voy al país de Karol.... en el tren, me hice amiguito de un chavito de Ghana, estudiante de energías renovables, morenito nativo con ganas de progreso, me cayó muy bien y no paramos de chalear, de Ghana, de México y del mundo, del mole y de Berlín, del sueño americano y de WKW....llegamos a Varsovia y ya éramos amigos.
Por natural precaución turística, luego de que un par de chechenos nos abordaron (y asustaron a mi amigo), decidimos tomar un solo taxi a nuestros destinos, él a su Universidad y yo a mi Hotel, curiosamente puso en boca algo que yo sentía: No te parece mas fría Varsovia que Berlín? Así es, dije titiritando.
Y a caminar y recorrer y embelesarme y mojarme los pies y las manos y la nariz. Confieso que tanto comentario negativo si me medio influyeron, pero basto agarrar la calle, oler el bullicio y sentir la calidez de una sonrisa que todo se evaopró, a pesar de los –10°. Me encontré un “Mexican Restaurant” very courious, llamado como creen? Frida Kahlo, que extraño verdad? Pues dije, ay ya tengo ganas de unas quesadillitas de flor... y ps nel, pero si había costillas con chile!!! Cual va siendo mi sorpresa, era un costillar entero horneado y con un brochazo de la típica salsa barbecue gringa, la calidez y el esfuerzo de los meseros, su amena solicitud de retroalimentación y hasta el ligue del polaquito me hicieron gracia y perdoné todo.
Total, Varsovia es bella, rica, auténtica, pobre turísticamente hablando, quiero decir, no posee la infraestructura de Praga o Viena, pero mantiene ese aire soviético que las ciudades del este luchan por desprenderse, me gustó su muralla, su barrio antiguo, su reloj de sol y la calavera de sus hombres.
El jueves 18, ya estaba de regreso en Berlín, era la “Fecha”.
A que me refiero?
Tenía un par de premiers interesantes, The kids are all right y la estrella de la Berlinale, Jud Süss.
Antes que ellas, Shahada me dejó buen sabor de boca, drama inmigrante turco desarrollado en la misma Berlín, bien trazado y estupendamente desarrollado (me empezaban a fascinar los turcos).
Siempre he respetado a la Moore, a pesar de su nacionalidad y llegaba a Berlín precedida de muy buenos augurios y recomendaciones. Me decepcionó menos de lo que esperaba, comedia dramática bien llevada, amena y fin.
Por la noche, desde la tarde mas bien no me moví de Berlinale Palast, no tenía ticket para Jud Süss!!!! Era lo mas grave que me podía pasar, tenía 2 para funciones posteriores, pero yo quería estar en la sala (Premiere), a su lado, viajar hasta allá y no rozarlos siquiera!!! Una voz me decía, tu trompudo es tuyo y de nadie más, no hagas panchos ni dramas (parece igual pero no es lo mesmo), total, yo formado en las filas de taquilla me hice de un par de amigos maravillosos, un “gringo” que me cayó bien porque odia a su pueblo, y su esposo, un alemán gentil y risueño, ambos (dos) me cuidaban mi lugar cuando yo iba a gritonear a la alfombra roja, donde una gorda inmensa rumana me cuidaba mi lugar al frente, con la promesa de que la iba a llevar al póster de mi china (que fue la que nos unió)...y así me la pasé toda la tarde, de la fila a la alfombra...porque en la maldita fila, la loca dependienta seguí dándonos alas, que si había probabilidades de conseguir entrada de última hora.... Y no. No la conseguí. Pero claro que lo ví.
He tenido hombre Hermosos al alcance de mis ojotes (Hermosura Humana Total, no belleza exterior), pero mi trompudito tiene un angelote que no cabía en toda la Plaza Merlene Dietrich, aquello era la locura. Para quien no lo sepa, él es la gran figura alemana del cine, vamos, algo así como el Brat Pitt alemán, o el Tony Leung chino, pero en mas chulo mas lindo, mas risueño, mas atento, mas humano.... el griterío era horrible, y me encantó el detalle que el pobre en verdad sufría por atender a todos y todas (lo mesmo le gritaban viejas que batos...y yo) y se divertía también, la gente ni pelaba a la Martina ni al Tobías (que se veía buenon), solo teníamos ojos para Moritz Bleibtreu, el rival de la china. Fue diferente a mi encuentro con Yimou, esto fue quizá menos emotivo pero mas divertido, hice el papel de fan de alfombra roja y me gustó, vamos, me cayó súper bien el tipo, estaba tan divertido entre los apretujones (la gorda me defendía) el griterío y sus reacciones que casi no tome fotos, y las que tomé salieron muy feas, pero me valía. Luego, en Urania, donde realmente vi la película, me desquité con un mural suyo....
Me preguntaban una pareja de amigo (otra, esta de londinenses que conocí en aquel rinconcito oscuro de la esquina de mi piso) que por que me gusta tanto (ante ahora si el abuso de mi cámara ante lo chulo que se veía) y le respondía que por su labiotes (trompitas carnositas), el brillo y la ternura de su mirada y sus piernototototas. En la cena, al hablar de Yimou, sale a colación Gong Lí, les dije de mi obsesión por la mujer, y uno de ellos dice: que raro... igual de trompuda que Moritz......será????

.

Pero Moritz te ve sonriendo...y Gong Lí te ve y ni puta idea te puedes hacer de lo que ella está pensando, es misteriosa por naturaleza....pero si, ambos (dos) son trompuditos.
Será acaso que en mi otra vida habrá carecido de hocico???

.....lo peor no es que hubiera otra vida después de la muerte, lo peor es que fuera como ésta.

Mi adorada Cayetana.