Manuel Rodriguez Lozano

Figura preponderante no solo en el fomento del quehacer cultural de la primera mitad del siglo XX mexicano, también activando mecanismos generadores de ideas, tan necesarias, en un momento en que él que no era muralista no valía.
Un legado trascendente, desafortunadamente opacado por su escandalosa personalidad.
Nace en la Cd. de México, los que saben de esto no se ponen de acuerdo, entre 1895 y 1897.
Siendo adolecente, es obligado (ahora si que....perdonenme pero en esos años un joven no debía ni podía oponerse a su santo padre por que le sorrajaban unos cuantos moquetazos!) a entrar al ejercito, por una figura paterna castrante y dominante, creció asumiéndose como pecador, y pensó que el ejercito sería su salvación.....mas tarde corrobora sus preferencias, peor aún, las consuma.
Es en el ejercito donde conoce a Carmen Mondragón, quien años después se convertiría en la legendaria y mítica Nahui Ollín, hija de su general Manuel Mondragón. General envuelto en los sucesos trágicos de la decena vergonzosa para el Porfis, este lo obliga a exiliarse, llevándose consigo a su oratita hija junto a su joven y fino nuevo marido.
En Europa, Carmen y Manuel se desenvuelven en las grandes ligas culturales Parisinas y Barcelonesa, Manuel conoce a Picasso, y él, que ya era un gran dibujante se apasiona de la pintura.
Regresa a México en 1921 para dar clases de dibujo, pero la realidad era que huía de la personalidad absorvente y asfixiante de la Oratita... es en sus clases, donde adopta a su primer discípulo, Abraham Angel, quien mas pronto que tarde evidencía que sus sentimientos no son una simple admiración, era amor.
Ya para este entonces, Manuel, habiendo regresado a México e influido por las ideas de José Vasconcelos, empieza a vincularse en los movimientos educativos que se gestan en la post-revolución, movimientos donde conoce a María Antonieta Rivas Mercado, para entonces mecenas consumada de las artes y la educación. La Rivas, al igual que Nahuí Ollín (Carmen Mondragón) y Abraham Angel, es seducida por las finas elegantes y cultas maneras de Manuel de tratar a los humanos, maneras que ella confunde (lo mismo que los otros) y literalmente enferma de amor.
Manuel, quien ya no soportaba semejantes sentimientos (no les he dicho, pero ya para este momento, Angelito ya se había suicidado), es directo y hasta duro con la pobre Mary Toña, pero esta lo toma con madurez y acepta lo que él le ofrece, amistad.
Ella muy madura, fueron grandes amigos, pero la pobre fue y se enredó con Pepito Vasconcelos, quien estaba mas ocupado con sus hambres de pasar a la historia, y no le prestaba importancia a las vulgaridades del corazón....Y la Mary toña, como ya todo mundo lo sabe, se suicida de manera muy poética en Notre Dame.
Pero ya me desvié todito, y aquí el protagonista es Manuelito.
Bueno, Manuel, asciende en materia cultural, su obra es prolífica y bien recibida, además de valorada (dimensionando justamente, tomando en cuenta que solo los muralistas valían), iniciando los 40’s, es acusado de haber robado algunas pinturas muy valiosas, de un acervo al cuidado de la Academia que el dirigía, y es llevado a Lecumberri, donde pinta para muchos su obra cumbre, “La Piedad”, ahora en Bellas Artes.



Donde también se encuentra un crucifijo que a Violettita le encanta, yo prefiero la Piedad.
Ante tanto escandalo, es natural que su obra pasara a un segundo plano, a pesar de ello, figuras destacadas como Octavio Paz y Juan Soriano, le reconocían un merito enorme.
Pintor de una hermosa virgen morena con nuestra venerada Dolores como modelo, imagen que no pude conseguir para mostrárselas.
Yo no me voy a cansar de defenderlo, se que los nombres y las obras de Nahuí y de María Antonieta hoy pesan demasiado.
Quizá no era tan fuerte como yo quisiera, y no pudo sobresalir con semejantes monstruos a lado.
Pero no se puede poseer talento y coraje al mismo tiempo para enfrentar un entorno conflictivo y caótico como le tocó a él. O se tiene uno lo otro.
Y para muestra del primero aquí les dejo algo de su obra.



A poco no era guapo?

Pobrecito!