Sinfonía India

Hay mexicanos ilustres, que a mi juicio, no hemos sido reconocidos como debieramos.
Y muchos.
Esta vez me ocupo de uno que me fascina por muchos motivos y de muchas maneras.
Cuando el guapo austriaco nos imperaba, a solicitud de los antepasados del espurio (que coincidencia verdad?), tuvo diferencias por aquí y por allá allende el excuernototote, pero esa vez (en este momento) nos ocuparemos de las de Aguascalientes, pedacito de México que en esos años era gobernado por José María Chávez , un hombre de ideas revolucionarias en medio de un siglo de renovaciones, que no de revoluciones, con quien el Maxito nomas no podía, y tan no pudo que pa’no batallar se lo quiebro.... es decir, lo mandó fusilar.
José María antes de visitar a San Peter , dejó un vastaguito, Agustín, quien encerrado en su rencor imperialista, desarrollo un profundo amor por el suelo que su padre no pudo defender, a la par de ese amor desarrollaba ideas, conceptos, artefactos, ese ingenio lo llevó por el Mundo y más allá, quedándose en el más allá.
Antes de quedarse por allá, él también logró que un esperma de su propiedad rindiera frutos.
En un pueblito muy cercano a la Ciudad de México, allá por el rumbo de Tacuba, nace Carlitos, y ahí crece bajo la mirada de sus abuelos maternos, y con el amor protector e incondicional de una madre amante de su patria, viuda por azares ajenos a ellos, espíritu libre que amaba los olores del campo mexicano...entre semejantes figuras, Carlitos es educado entre Jalapa, Tlaxcala, Puebla, el bajío y carreteras que los conectaban.... en esos viajes, Carlos se enamoró de todo cuanto veía, de las historias que sus abuelos le contaban para arrullarlo, de los aromas de lluvia, de café y caña de azúcar....
Aunado a sus ires y venires por el México de principios de siglo, sus abuelos descubrieron en Carlos una real autentica y genuina vena creadora, con piedras acompañaba a los sapos en conciertos luego de tormentas, con fósforos seguía a sus favoritos, los grillos.
Él crece estudiando, aprendiendo, desarrollando. Sus maestros, además de sapos y grillos, las cigarras, los cascabeles, las cascadas de los ríos y el canto de los tecolotes.
Su hermano mayor, le enseña sus primeros acordes, lo acerca mejor dicho, porque él aprende solo. En alguna ocasión o en algún momento, estudió junto a nombres que luego serían rimbombantes dentro de la música mexicana, y con los que se enfrentaría como un ser de pasiones.
Siendo un niño aún, como casi todas las historias de prodigios, escribe su primer obra, antes de los 20, poseía ya una obra vasta para un joven autodidacta que soñaba música al elevarse con el arrullo de su fiel amigo grillo.
En 1921 escribe su primera gran obra, primera de muchas, según los que saben, El Fuego Nuevo, ballet azteca exquisito.
Entre 1921 y 1936, se casó, dirigió instituciones, fundó orquestas, compartió con lo más grandes, recorrió el mundo.
En esta etapa, es decretado el Nacionalismo Indigenista Mexicano, surgido de una inspiración amante de México y sus olores, de México y sus sabores, de México y sus texturas, de México y sus raíces, su fundador: Carlos Chávez, El Maestro.
1936 es el año en que su Obra Cumbre es estrenada por la Columbia Broadcasting Symphony Orchestra, en Nueva York, SINFONIA INDIA.
Parteaguas en la historia de la música universal, pieza formada por sonidos prehispánicos
No estoy seguro si sea tan famosa como el Huapango de Moncayo, pero sí es tan admirada como aquel.
Y porque la comparación? O porque las relaciono?
Para los mexicanos, escucharla es evocación inmediata a un programa de radio oficial de transmisión nacional, así como el escuchar Huapango nos lleva a un histórico programa de TV para noctámbulos deseosos de desvelarnos conociendo.
Yo no puedo decir y/o decidirme por uno, lo que si puedo es presentárselos con orgullo, orgullo a secas, porque no faltará quien lo tilde de patriotero y/o .... ya saben por donde me paso esas pendejadas.
Fiel heredero en todo sentido de personalidades individualistas pensantes progresistas y creadoras, el Maestro Chávez continuó hasta sus últimos días, siempre vinculado con el arte mexicano, siempre luchando por una u otra causa, aceptó y desempeñó cargos públicos, lo que lo enfrentó con la comunidad intelectual, con nombres estrechamente ligados a su vida, a su quehacer, a su legado.
Muere a mediados de los 70’s, en la Ciudad de México.
Pero su música, su legado, su SINFONIA INDIA, ahí está....

.....la escuchan?

.....la sienten?