La 1a...

Que no es la I, nomás, por contreras.
Anoche, pase una verguenzotototota de aquellas. Una de mis hermanitas muy orgullosa me presumía la muy estúpida, como adorador de la Orata Mayor, y si, ni como negarlo, es más yo también me enorgullezco, pero tengo perfectamente claro que estoy solo en mi incapacidad, mi memoria es cada día peor, me aterra porque quienes saben a lo que me dedico comprenden que yo dependo de su funcionamiento...ps que mientras todo fue platica alrededor de su vida no hubo problema, esa me la sé al revés y al derecho (y si no la invento que ni cuenta se dan), el trágame tierra empezó cuando me pidieron algo de sus letras, como hablé maravillas de sus Décimas a Dios, ps no me salieron que las querían??? Y no me salieron, o me salieron todas mal. También yo tengo la culpa, si fuera un champignoncito normal y me gustaran esas que a todo el mundo gustan no tendría mayor problema pero ah no!!!! Ay ando con mis rarezas.
Así que decreté repasarlas, repasar mis Décimas favoritas, por eso esta es la 1a pero no la I, vamos que la I o mejor dicho todas me gustan, pero van como me vayan saliendo.

XV

No tengo nada de ti,
ni tu sombra, ni tu eco;
sólo un invisible hueco
de angustia dentro de mí.
A veces siento que allí
es donde está tu presencia,
porque la extraña insistencia
de no quererte mostrar,
es lo que me hace pensar
que sólo existe tu ausencia.


Y no nos vamos a poner a dilucidar la oratez de la Musa no.... sus tamaños para rebelarse no... la adoro por ambas características, pero lo que me hace venerarla es la estatura que se auto impone la Mujer, las feministas debieran rescatar al menos Su Vida si su obra les parece arriesgada, me parece que de las Mujeres que nos dieron identidad en el Siglo XX, fue la más terca, la más consistente, la más irrespetuosa, ella a la altura de Dios, de tú a tú.
Casi todas esas por las que me la están rayando, se les fue la vida tras su Hombre, en complacerlo o en joderlo, unas cayeron en el ostracismo, otras hasta la vida perdieron.
Pita perdió la razón, habrá quien dirá que fue su infinita vanidad, habrá quien dirá que su narcisismo acabó con ella, pero sabemos que fue su hambre de Dios, ese al que recriminaba y exigía, al que buscaba y reprendía.

Cuando el mundo haga de ella una moda más, yo se las voy a rayar a todos.