El Tren
Hay días en que la piel anda extraña y por la nada uno vibra. Hoy la extrañez me rebasa.
Me envía el orquideólogo algo….. viejito pero….no sé si más emotivo que interesante. Para mí.
Me envía el orquideólogo algo….. viejito pero….no sé si más emotivo que interesante. Para mí.
El tren que perdimos
IQ Financiero
Claudia Villegas
2012-01-31 Negocios
Hace 15 años que México enterró a los trenes de pasajeros. Para evitar los subsidios, privilegió la construcción de carreteras y aerolíneas que al final terminó por rescatar. Hoy mientras EU invierte por primera vez en un tren bala para el transporte de personas, México no tiene una estrategia que aproveche las ventajas del medio más barato para conectar ciudades y con mayor impacto social.
Han pasado 16 años desde la privatización del sector ferrocarrilero en la que sólo se asignaron concesiones para el transporte de mercancías en las principales rutas que cubren el país. Las prioridades en ese proceso de desincorporación obligaron a la desaparición del servicio de transportación masiva de personas.
El gobierno procedió, entonces, a liquidar un servicio que en ese momento resultaba económicamente inviable porque sólo se beneficiaba a 260 mil personas por año, una cifra muy lejana a los más de 30 millones de mexicanos que, hasta la década de los 60, llegaron a beneficiarse por este servicio.
Fue en esa década, sin embargo, cuando también se agudizó el abandono de todo esfuerzo y política pública para impulsar este sector. México avanzó a contracorriente de lo que sucedía en economías desarrolladas de Europa y siguió la ruta marcada de EU de un tímido apoyo al sector.
Quienes viajaban en tren, en su mayoría eran los mexicanos de las zonas más alejadas del territorio nacional, habitantes de poblaciones en donde las carreteras jamás han llegado; pequeños comerciantes, agricultores, y ganaderos que intercambiaban sus productos y que no tenían acceso a los vehículos automotores que, a partir de la década de los treinta, comenzaron a dirigir el transporte en el país.
También eran estudiantes que recorrían el país de forma económica y segura. Andrés Manuel López Obrador parece ser el único de los políticos que se ocupa del tema rumbo a la contienda presidencial del 2012. Ha prometido a sus seguidores regresar los trenes a los escenarios. El candidato del PT lo incluye, de hecho, en sus proyectos estratégicos. El político de izquierda proyecta, de llegar a la Presidencia, un tren multimodal en el Istmo de Tehuantepec así como un tren bala de la Ciudad de México. Obviamente, ambos de pasajeros y que no privilegiarán la carga, como sucede hasta ahora con las tres compañías que cubren las rutas de ferrocarril que operan en el país, pero que sólo mueven mercancías.
iqfinanciero.villegas@gmail.com
IQ Financiero
Claudia Villegas
2012-01-31 Negocios
Hace 15 años que México enterró a los trenes de pasajeros. Para evitar los subsidios, privilegió la construcción de carreteras y aerolíneas que al final terminó por rescatar. Hoy mientras EU invierte por primera vez en un tren bala para el transporte de personas, México no tiene una estrategia que aproveche las ventajas del medio más barato para conectar ciudades y con mayor impacto social.
Han pasado 16 años desde la privatización del sector ferrocarrilero en la que sólo se asignaron concesiones para el transporte de mercancías en las principales rutas que cubren el país. Las prioridades en ese proceso de desincorporación obligaron a la desaparición del servicio de transportación masiva de personas.
El gobierno procedió, entonces, a liquidar un servicio que en ese momento resultaba económicamente inviable porque sólo se beneficiaba a 260 mil personas por año, una cifra muy lejana a los más de 30 millones de mexicanos que, hasta la década de los 60, llegaron a beneficiarse por este servicio.
Fue en esa década, sin embargo, cuando también se agudizó el abandono de todo esfuerzo y política pública para impulsar este sector. México avanzó a contracorriente de lo que sucedía en economías desarrolladas de Europa y siguió la ruta marcada de EU de un tímido apoyo al sector.
Quienes viajaban en tren, en su mayoría eran los mexicanos de las zonas más alejadas del territorio nacional, habitantes de poblaciones en donde las carreteras jamás han llegado; pequeños comerciantes, agricultores, y ganaderos que intercambiaban sus productos y que no tenían acceso a los vehículos automotores que, a partir de la década de los treinta, comenzaron a dirigir el transporte en el país.
También eran estudiantes que recorrían el país de forma económica y segura. Andrés Manuel López Obrador parece ser el único de los políticos que se ocupa del tema rumbo a la contienda presidencial del 2012. Ha prometido a sus seguidores regresar los trenes a los escenarios. El candidato del PT lo incluye, de hecho, en sus proyectos estratégicos. El político de izquierda proyecta, de llegar a la Presidencia, un tren multimodal en el Istmo de Tehuantepec así como un tren bala de la Ciudad de México. Obviamente, ambos de pasajeros y que no privilegiarán la carga, como sucede hasta ahora con las tres compañías que cubren las rutas de ferrocarril que operan en el país, pero que sólo mueven mercancías.
iqfinanciero.villegas@gmail.com
La nostalgia es cabrona… y mis trenes aún más.…
Los primeros imaginarios, esos que yo champiñoncito idealizaba mientras mi hermana mayor (de 7 ú 8 años) vuelta loca le contaba a la pajarraca sus aventuras por todos los vagones en sus travesías de Torreón a Velardeña, cuando morrita, en su afán de protegerla (gulp!) era enviada a vivir con nuestra Abuela materna, yo pateaba y berreaba por querer ir y vivir con ella (o alejarme de lo que me tocaba no sé)….
Alrededor de Velardeña, en mi Comarca, se tejen 2046 historias revolucionarias, ahí durmió Villa con su Dorados antes de tomar Torreón, ahí regó su semillita, ahí se le unió mi Abuelo, ese que dicen que nunca hablaba, pero que era más bueno que la leche de cabra.
El Tren, las Niñas y las Revoluciones.
Mis trenes cinematográficos, 2046 antes que todo y antes que nadie, la Tumba de las Luciérnagas y el Viaje de Chihiro, los trenes y las niñas, los trenes y la vida, los trenes y mi vida…. Donde no existe la reversa.
No sé que haga más falta, si un tren ó una revolución.
Lo que sí me queda claro es que lo uno u lo otro urge su arribo.
Los primeros imaginarios, esos que yo champiñoncito idealizaba mientras mi hermana mayor (de 7 ú 8 años) vuelta loca le contaba a la pajarraca sus aventuras por todos los vagones en sus travesías de Torreón a Velardeña, cuando morrita, en su afán de protegerla (gulp!) era enviada a vivir con nuestra Abuela materna, yo pateaba y berreaba por querer ir y vivir con ella (o alejarme de lo que me tocaba no sé)….
Alrededor de Velardeña, en mi Comarca, se tejen 2046 historias revolucionarias, ahí durmió Villa con su Dorados antes de tomar Torreón, ahí regó su semillita, ahí se le unió mi Abuelo, ese que dicen que nunca hablaba, pero que era más bueno que la leche de cabra.
El Tren, las Niñas y las Revoluciones.
Mis trenes cinematográficos, 2046 antes que todo y antes que nadie, la Tumba de las Luciérnagas y el Viaje de Chihiro, los trenes y las niñas, los trenes y la vida, los trenes y mi vida…. Donde no existe la reversa.
No sé que haga más falta, si un tren ó una revolución.
Lo que sí me queda claro es que lo uno u lo otro urge su arribo.
Y pensar que los estúpidos regios se enorgullecen de sus puentesotes y sus carreterotas obsoletas, atascadas de coches y de contaminación…. Y uno que otro tonto ingenuo que viene y se deja seducir por el sueño “Regio”…
Comentarios
ese que nos llevaba y traia a velocidades insospechadas (uno no sabía cuándo llegaría): aun recuerdo mi primer viaje, salir de noche desde Buenavista a Guadalajara y abrir la ventanilla, luego de haber despertado gracias a la inmovilidad y descubrir que apenas ibamos por Lechería...
o todo lo que uno pudo sentir saber oler dormir en las arrulladoras colisiones apenitas de un traslado a Veracruz o a Monterrey, siempre desde la estrellada capital
el ferrocarril de Cuernavaca nunca me tocó pero fue mi envidia el relato de mis primos cuando abordaban el cabuz cuando pasaba allá arriba de San Pedro de los Pinos
Hay cosas que se pierden y nomás por culpa del capitalismo a secas, el neoliberalismo o el capitalismo voraz reloaded
Algo también habría que hacer por ahi
regios sueños, pero de mermelada, de sabor, de nostalgia epicúrea...
un abrazo de desconsolado, desconocido malestar, pese a la luminosa mañana de marzo... el de las aguas de la bossa...
Aunque de seguro será construido, operado y aprovechado (las ganancias) por empresas extranjeras, como no, con la venía del pelele en turno.
Siempre pones buenas canciones, pero esta vez me emociono oír la voz de Lola Beltrán (¿es correcto?); gracias por compartir, Amigo.
Abrazo fuerte, Pelón, cuídate, luego nos leemos.
Y no se te olvide....
2046
2046
Y que no te quepa la menor duda.
2046