Ellen, Legba y Brenda

Después de una larga espera, tuve la oportunidad de ver Bienvenidas al paraíso, coproducción franco-canadiense, tercer largometraje de Lauren Cantet.

Situada en un Puerto Príncipe sumido en una crisis general, Cantet nos muestra el "Pararíso" que pueden llegar a ser para las personas necesitadas de afecto este tipo de sociedades.

Y nunca somos angañados, de entrada, la primera escena, Albert acude al aeropuerto a buscar a Brenda, quien procede de la bella y verde y muy conservadora Savanah, Georgia. Mientras espera el arribo de su futura huesped, una humilde pero muy limpia y hasta bella (me imagino en su juventud) mujer, literalemente le ofrece a su hija, a cambio de un mejor futuro para la niña de 15 años, quien desea llegar a ser enfermera, la pobre mujer no puede sostenerse ni ella sola, conoce el futuro que le espera a su bella hija...... el mismo del común de niñas como ella.

Brenda (Karen Young, exacta), es una mujer madura, de 48 años, divorciada, trabajadora, 3 años antes estuvo en Puerto Principe vacacionando con su entonces esposo, quienes maravillados con el lugar y las calidez de la gente, practicamente adoptan a un niño de 15 años durante su estancia en el lugar, Legba, bello de nacimiento, y agradecido por necesidad, corresponde al impulso de una Brenda insatisfecha y urgida de aventura, de amor, de afecto, de correspondencia, de atención, como el niño que es; 3 años despues, Brenda regresa en su busqueda.

Ellen, (Charlotte Rampling, magistral), maestra de literatura francesa en el culto y progresista Boston, de 55 años, sola, solitaria, frustrada ante su nula realización personal y enfurecida por el mozaico amoros aventurero le toca ser complice y padece en su universidad, entre sus alumnas... pero no lo vive..... viene a Puerto principe cada año, su completo verano, aquí reina, controla, dirige, y decide por ella y por las mujeres como ella y como Brenda, Legba es su favorito.

Legba, (Menothy Cesar, premio Marcello Mastroianni 2005, natural, intenso, exquisito), 18 años, de raza negra, bello como el que más, sonrisa extraordinaria como su dentadura, seductora como su cuerpo, sabe que son herramientas para su oficio, aunque con los años, ha adquirido experiencia en el trato con las maduras damas, sabe reconocer de inmediato las necesidades de una mirada, a eso se dedica, ha cubrirlas.

En un muy racista e impune ambiente, Cantet reune al grupo de Ellen con el de Legba, unas tienen mucho que cubrir, y los otros mucho que les cubran, el eterno juego de correspondencias del ser humano, trazado aqui friamente y sin ánimos de molestar.

En este triangulo vemos el eterno conflicto de toma y daca, me cubres una necesidad? Te pago con esta moneda, necesitas más monedas? Cubreme hasta acá entonces.
Soledad por compañía, hambre y carestía por sexo, baja autoestima por instintos naturales desconocidos (ninguna ha procreado en su vida...)
Legba (deidad africana... tal cual) se sabe poderoso, en ambos equipos, ante las fogosas mujeres con sus instrumentos de placer, y ante sus compañeros es una magna influencia, de la que tambien hay que obtener provecho.
Ante un muy predecible final (aqui no puede ser de otra manera), Legba es planteado como humano, hijo y hermano, preocupado en vida por la imagen e influencia ejercida ante su pequeñin hermanito, tanto como por asegurar el bienestar de su progenitora mediante el calor de su cuerpo.
Aquí si que a su progenitora nunca le preocuparon los medios de donde se obetenian esos recursos, la típíca madre que el primer lugar en que busca a sus hijos es en la morgue, reconociendo estos lugares como el destino final de sus engendros.

Aquí nada puede ser bonito, quizá el azul del mar caribe, y el verde de su maravillosa flora, y los cuerpos de.... es decir, la naturaleza?...... y si es natural la vida de estos muchachos, es natural el destino que les espera, es natural la visita de estas mujeres... de que se trata?
En medio de una impunidad que apesta, una crisis económica vergonzosa, y una ausencia de valores como consecuencia, el Haití que nos muestran no es el de las tarjetas postales, es el de los callejones y la prostitución, las rencillas y las venganzas....

Del triangulo, la única sobreviviente, a su manera, consigue librar la delgada linea que separa "su" realidad de la realidad, permaneciendo en el lado que mas le convenía, a ella.... la evasión. Y en ese estado capta y percibe la belleza de lo vivido, decidiendo continuar, sin marcha atrás planea recorrer el caribe en busca de lo mismo, en busca de lo no encontrado....... y que ansiaba y veía en Legba..

La muerte.