Empatías IX
Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
De estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora? El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia… de un egoísmo… de una falta de tacto…
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su santa voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.
El 8o EP
Oliverio Girondo
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En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
De estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora? El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia… de un egoísmo… de una falta de tacto…
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su santa voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.
El 8o EP
Oliverio Girondo
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Comentarios
este viernes quién sabe dónde estás, por dónde andas
pero andes donde andes y con quien andes
seguirás enfáticamente, empáticamente buscando tocar cada arista que contiene tu mafaldez y tu nece(si)dad de gritar y hacer, dar, provocar y tu solidaridad inmensa y tu más inmenso aún amor (por propiedad) de ciertos, lo sabemos íconos del cine y de la música y tu vehemencia y tu necesidad de estar compartiendo tantas cosas en una misma pecera o un mismo espacio donde hasta los gatos quieren alcanzar las volátiles estructuras
libertango en todo su esplendor
te admiro
Estás seguro de que Oliverio Girondo no se inspiró en vos? En vos y en vari(a)os que conozco. Lo digo en el sentido metafórico, desde luego. Somos la suma tantas cosas y de tantos nosotros, que a veces ya ni sabemos para dónde ir ni lo quien somos.
Si como dijo Ortega y Gasset, “soy yo y mi circunstancia”… somos nosotros y nuestras circunstancias y por ende, en la medida que esta(s) cambie(n), forzosamente nosotros habremos de mutar. Eso es lo que somos, mutantes sistemáticos... y mezclados, de esa manera promiscua que dice Girondo.
Besos
T
¡Vaya!, yo me considero confusa aunque no a ese nivel jejeje.
Soy de acuerdo a lo necesario, sólo eso.
Pensar que este mundo de las ideas está sustentado en un globo (bien lo dijo mi tocaya)
Un saludete guapo.
Mafalda
me senti tan identificada con eso de las hartasmulptipleschingamdral de personalidades, mmmmmm!! donde estara la buena, bueno, en realidad todas son lindas pero como decia ayer la ñora de las cobranzas
"Soy guerrerense y a mucha honra, y soy mas dulce que la miel, pero si me haces algo...olvidate"
no nada más porq si tenemos el prestigio de matones...
soy guerrerense, con mi toque de Guanajuatense....awoebo...
cuantas personalidades me conoces ,ingrato!!??
Yo sólo tengo 2 personalidades la W y la C.... y ambas son casi idénticas.... :P
Aunque a veces me gustaría tener la B (de bruja).... me encantaría.... pero no'más no me sale.... tengo que practicar....
Besitos con bi-personalidad
Iba a decir que ya nunca mas lo hago, pero ya ves, mi personalidad mentirosa, ya quería engañarte...
De todas formás que vida más plana de sentimientos, la del personalidad definida
Gracias, si caben, y vaya que si.
2046?
SeráN suficiente?
2046
Mientras más lo conozco, más afín.
No concibo la diferencia de tiempos, ni de espacios siquiera.
Y el hecho de tomar cualquier determinación a la primera sin pensar y ni pestañear siquiera, mas que miedo me da confianza, de seguirla regando, de seguir perdiendo o de seguir quizá igual, pero me reafirma, y me place enormemente no dependr de nadie.
Mas que de mi gatito.
2046
Hay ocasiones, ayer precisamente, no antenoche, que mi valemadrismo me movía a moverme entre lo invisible (por neblina no veía la punta del Sianloa siquiera), en que me voy conociendo y me atemorizo y enorgullesco al instante, cuando quiero algo nada me detiene, ni el miedo siquiera. Y cada que me identifico en algo me siento menos mal...digho, si alguna vez lo sentí.
Tu cres que las sustenta?
Y mira como siento...
2046
2046 beostes para mi amiguito!
La niña temerosa.
La mujer perversa.
La hija acorralada.
La estudiante preocupada.
La mujer enferma.
La amante insatisfecha.
La amante satisfecha.
La niña juguetona.
La maestra orgullosa.
La mujer que duda.
La bloguera desmadorsa.
Y ya me cansé!
2046
Te enseño algunos conjuros?
Tambien tengo sortilegios.
Y si necesitas maleficios, son mi especialidad. Tu nomás dime.
2046
Diste en el clavo amigo.
Que aburrido sería verdad?
A mi no me averguenza, quizá me sienta un poco mal en ocasiones, pero apenas pasa un pájarito a mi lado y ya se me olvido!
2046
El pedo es cuando no pones ni madres d eorden, mas bien aumentas el desorden!
Ay pero que divertido no crees?
Y por supuesto que lo tengo bien claro.
A mi me vale y lo sostengo.
2046
changos!!!! y en cual ensartare mejors????
eres como mi pinche espejo cabrón!!!
2046