Iraida Noriega

En vista del éxito no obtenido con mi cancioncita, dedicada a la Chuchis en su cumpleaños, y motivada por un descubrimiento que hicimos al clavarnos en el baúl de su sabia abuela, quiero remarcar y presentarles una voz maravillosa.

Iraida es una chava bien parada. Tiene perfectamente claro que quiere, se conoce, es decir, sabe de sus alcances y se aleja por completo de las exageraciones tan habituales en este género.
Ella sabe donde poner la voz, en que tono, y algo bien importante y que a cualquiera en su género la pierde, en que volumen.
Hija de cubana de cepa, trae el mar en la sangre por un lado, por el otro, desciende del mítico Freddy Noriega, quien le enseñó que el sentimiento se transmite no solo con la garganta y el corazón, también con los pies, y esto me tardé mucho en entender.

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Jazzista, progresista, progresiva y rockera, es la mas ordinaria de las voces de su generación, generación muy unida y sobresaliente, junto a Elizabeth Meza, Magos Herrera y Jaramar, representan una generación centrada en el resurgimiento del jazz mexicano, fundadoras y formadoras de toda una escuela, que como tal, empieza a despuntar.
Viaje de mar, es su segundo álbum de estudio, muuuy disfrutable si queremos relajarnos mientras trabajamos, incluye piezas bastante rasgadas, temas donde se arriesga, experimenta y consigue con una limpieza tal, que al final le agradecemos el tiempo transcurrido. Su voz luce limpia, plena, dura y hasta incandescente, convence y adorna sin opacar un piano sublime, así como tampoco se amedrenta ante el poderoso bajo de Arón Cruz.
A Iraida le apuesto lo que hace 20 años aposté por Eugenia, el tiempo vaya si me ha dado la razón con aquella, ojala y con está también le atine.

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